El 1 de mayo, de forma ineludible, se catapulta como una de las fechas más especiales y laureadas para el pueblo de Alhaurín el Grande. Tradición, fraternidad y fe se funden en el corazón de todos los devotos del Señor del Convento, el cual se disponía para bendecir al municipio en cuestión de horas.
En los montes cercanos a la localidad, los hermanos se desplazaron para la tradicional recogida de romero, símbolo por antonomasia de la historiografía corporativa. Igualmente, se le dió un obsequio a D. Francisco Guerrero Martín, por la dilatada trayectoria que atesora en torno a la Santa Vera+Cruz.
Posteriormente, los hermanos formaron la estelar caravana del romero, poniendo rumbo a la calle Convento, la cual, como es tradicional, desencadenaron una hecatombe de alegría, felicidad y júbilo. Al compás de la dulce música de la Banda Escuela de La Pepa y de la Banda de la Santa Vera+Cruz, se procedió a picar el romero recolectado para alfombrar las calles por las que pasaría el Señor del Convento.
Ya en horario post meridiem, la Ermita del Convento albergaba el recital de la Coral de la Santa Vera+Cruz y de la escolanía Aromas de Mayo, caracterizada por la fulgurante dulzura de los coros corporativos. Dirigido por D. Juan Manuel Montiel y bajo música de D. Juan Serrano, el recital fue dedicado a NH Dña. Isabel Serón García, nombre propio inexorablemente ligado a la Coral. Del mismo modo, se estrenaron varias piezas, siendo de gran aceptación por el público asistente: "Hasta las flores te lloran" & "Con romero te vistieron" de Francisco González; "Yo sé que tú estás" de D. Diego Daniel Cortés Serón y "El beso" de Dña. María Gazares.
Tras ello, daba comienzo la Guardia de Honor al Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, en la que las escuadras de gastadores de "La Pepa" rendían honores a nuestro Sagrado Titular, regalándonos una estampa bellísima.
Sin embargo, debido a la amenaza metereológica, la Junta de Gobierno se reunia en sesión extraordinaria, acordando adelantar el solemne traslado a las 21:15h. De tal forma, el Señor del Convento, portado a hombros de los gastadores, volvía a bendecir al municipio, llenando los aledaños de la Ermita del Convento de amor y clemencia.