Solemne Función Religiosa del Día de la Cruz

Escrito el 05/05/2016
VeraCruz Alhaurín


Ir en tu busca Señor y encontrarme contigo cada Día de la Cruz, un maravilloso regalo que cada año nos da la vida.



Con este sentimiento se iniciaba la Solemne Función Religiosa del Día de la Cruz de 2016 en la Parroquia de la Encarnación. A las once en punto sonaba el “Amanece el Tres de Mayo…” y nos disponíamos a abrir nuestro corazón a la palabra y el mensaje del Señor en esta Eucaristía.

Una celebración eucarística que tuvo con centro la quinta estación de los misterios gozosos de María: El niño Jesús perdido y hallado en el templo”, ya durante el traslado procesional de la noche del 2 de Mayo se habían rezado los cuatro misterios gozosos anteriores.

Con una invitación a reflexionar sobre los momentos de pérdida en los que nos alejamos del Señor y el gozo que supone volver a encontramos con ÉL en la Eucaristía, se dio inicio a una liturgia muy cuidada en los gestos sencillos pero de mucho contenido. Dos momentos se destacaron el momento del Perdón, presentando los símbolos que nos alejan del camino del Señor por varios matrimonios y el momento de la Doxología tras la consagración, en el que presentamos los símbolos que nos conducen a Él. En este momento los símbolos fueron portados por niños de los  mismos matrimonios, que salieron al encuentro de su hijo simbolizando así, el gozo de la Virgen María cuando encontró a su hijo en el templo después de tres días perdidos. Este momento se culminó con los niños del coro Aromas de Mayo junto al altar donde Cristo se había hecho presente entonando “A tu lado Siempre”, con un mensaje precioso en su poema: “Señor del Convento, amigo” . Unos minutos en los que las emociones se dispararon y las lágrimas brotaron de los ojos de muchos de los presentes.



Otro momento de intensa profundidad fue la  oración de los fieles muy cuidada en contenido donde a través de la intercesión de María pedimos al Señor que nuestro corazón sea templo de Dios.

Y el broche final lo puso nuestro Hermano Mayor en su despedida, pidiéndonos un compromiso de encuentro sincero con el Señor. Así, quiso simbolizar este compromiso que nos pedía a todos los que nos sentimos hermanos de arriba en los miembros de la  junta de gobierno, que se acercaron al altar “con la manos vacías, pero con los corazones repletos de amor y sentimientos hacia nuestro Señor” formando una cruz en el crucero central de la Iglesia y ocupando todo el pasillo, mientras la coral entonaba Señor del Convento y 75 años de Soledad. Una vez allí, nos arrodillamos para recibir la bendición final en la Eucaristía más importante para todos nosotros, minutos en los que el recogimiento y el silencio se podían cortar en la Parroquia y que solo se rompió al oír la impresionante interpretación de la Coral cantando la “Salve Regina” que ponía el colofón a la maravillosa aportación que durante toda la misa había hecho con sus cantos.

Así salimos a la calle llenos de Dios y repletos de júbilo, a proclamar sin complejos que creemos en un solo Señor Jesucristo, que nos sentimos privilegiados de ser sus hijos, y que para nosotros ese Señor tiene un nombre, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz que este año nos ha regalado el lujo de poder compartir un Día de la Cruz con su Santísima Madre de la Soledad.

Ojalá que el regalo de la Fe, no dejemos de cuidarlo nunca, para que nuestros momentos de encuentro con el Señor sean muchos y sinceros.