Desde el viernes 29 de septiembre y hasta el domingo 1 de octubre, Bollullos Par del Condado acogía la trigésimo cuarta Peregrinación Nacional de Hermandades y Cofradías de la Vera-Cruz de España. En ella hemos participado un total de 48 corporaciones cruceras llegadas desde los distintos puntos de la geografía española. Varios cientos de peregrinos entre los que se encontraban los 35 hermanos de arriba que acudimos en representación de la Cofradía.
El amplio número de la delegación alhaurina nos hacía recordar peregrinaciones como las de Palencia, o la de Caravaca, muy lejanas ya en el tiempo. En aquellas, como en esta, el numeroso grupo de hermanos desplazados era la nota predominante. Y eso da lugar a momentos inolvidables de convivencia fraterna, a momentos de Hermandad en mayúscula.
Las acreditaciones se iniciaron el Viernes por la tarde, coincidiendo con el inicio del tiempo jubilar que, como la Peregrinación, tuvo una duración de tres días. Una concesión del Vaticano para que los peregrinos que atravesaran la Parroquia de Santiago Apóstol (sede canónica de la Hermandad anfitriona) y realicen confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa, ganaran la indulgencia plenaria.
Nuestro lugar de alojamiento fue la cercana aldea del Rocío de Almonte. Así que en la mañana del sábado acudimos a la Misa de 10:00 h al Santuario de la Virgen del Rocío.
En la casa donde nos hospedamos presidía una lona con la imagen del Señor del Convento. No nos faltaba ni gloria. Buena comida y mejor compañía. El grupo, heterogéneo en cuanto a edades, niños, jóvenes y mayores, conviviendo, disfrutando. Y amenizando las noches, con guitarra, cajón flamenco, timbal y nuestra voces, el cante que más nos gusta. El que menciona a nuestros días de Mayo. En el repertorio de nuestro cancionero no faltaron las sevillanas del Día de la Cruz, ni las primitivas canciones de nuestro coro: “Una rosa en un rosal”, “Todos los días del año”, etc.
Por la tarde del sábado tuvo lugar el Pregón de Exaltación de la Vera-Cruz a cargo del sevillano Francisco Javier Segura Márquez. Una hora de protagonismo de la palabra para exaltar la Cruz de manera sublime; recordar el antiquísimo origen de las Cofradías de la Vera-Cruz de Andalucía promovido por los frailes franciscanos; desplazarse por la geografía española nombrando a cada corporación participante e incluo finalizar con emotivas frases dedicadas a la Virgen de la Esperanza, Sagrada Titular de la hermandad anfitriona.
Ya en la mañana del domingo tenían lugar los actos centrales de la Peregrinación. Antes de iniciarse la Procesión del Santo Lignum Crucis por las calles de Bollullos, nuestro Hermano Mayor, D. José María Díaz Bravo, hacía entrega de la colecta realizada entre los peregrinos alhaurinos para colaborar con la Obra Social de la Confraternidad.
El estandarte calado, escoltado por 4 barras, y detrás todos los hermanos acompañando, era la representación de nuestra delegación. Observábamos orgullosos cómo despertaba el interés de los vecinos de Bollullos el paso de nuesto estandarte con la imagen del Señor del Convento, “¡qué bonito!¡es precioso”!, decían. Y es verdad que lo es.
La Procesión concluía en la Parroquia de Santiago, donde el Santo Cristo de la Vera-Cruz aguardaba para que en su honor se celebrara la Santa Misa Estacional. La Eucaristía fue oficiada por el Obispo de la Diódecesis de Huelva, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Vilaplana Blasco y contó con el dulce acompañamiento musical del Grupo Vocal Nueva Polifonía.
Como recuerdo recibíamos un pequeño costal por parte de los anfitriones. Con el doble orgullo de ser de la Vera-Cruz y ser de Alhaurín el Grande, nos despedíamos de esta ciudad condal tras un almuerzo de confraternidad. Poníamos fin a tres maravillosos días de convivencia que quedarán para el recuerdo de nuestros peregrinos, todos deseosos de volver a repetir tan grata experiencia. Gracias Señor del Convento por todo lo que nos das.
Paz y bien.
