Los grupos que se han preparado en la Cofradía recibieron el Sacramento de la Confirmación.

Escrito el 05/06/2017
Vera Cruz Alhaurín



“Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos…” (Jn 20)

Así comenzaba el evangelio el pasado domingo, día cuatro de junio, Pentecostés ; pero en la Parroquia de la Encarnación las puertas estaban abiertas para recibir a 158 personas que sin miedo y con mucha alegría iban a recibir el sacramento de la Confirmación viviendo su personal y particular Pentecostés.

A las seis de la tarde el padre Javier, párroco y director espiritual de la Cofradía administró el sacramento a setenta y ocho confirmandos,  para posteriormente, a las ocho de la tarde, volver a impartirlo junto con el reverendo padre D. José Córdoba, nuestro Arcipreste  a ochenta cristianos más.

Un nutrido grupo de catequistas han sido los encargados de la formación necesaria para recibir el Sacramento. A lo largo de todo el curso han acompañado a los confirmandos en este bonito camino para, además de instruirlos en el sacramento, acercarlos al modo y forma de vida cristiana que ya en su día sus padres y padrinos, a través del bautismo, iniciaron.

En las dos ceremonias se vivieron momentos de emoción y recogimiento. El orden y la colaboración de todos sin duda ayudaron a que los confirmandos pudiesen vivir el momento de una forma gozosa y plena.

Tras recibir el sacramento todos ellos recibieron un pergamino recordatorio de la Parroquia y unas cruces recuerdo de sus catequistas.

Muchos de los confirmandos, tras la ceremonia, manifestaron que aunque el motivo que les llevó a decidir confirmarse fue la necesidad marcada por la Iglesia de que para contraer matrimonio o para ejercer de padrino/ madrina de bautismo, era necesario estar confirmado, tras este tiempo de formación reconocían que esa excusa había quedado relegada a un segundo plano y se sentían satisfechos y felices de haber dado este paso de madurez en su fe.  Estas afirmaciones, sin duda, han sido la mejor recompensa para los encargados de su formación y es señal inequívoca de que el Espíritu Santo desde el primer momento ya comenzó a trasformar su corazón para hacer de todos ellos unos cristianos conscientes y maduros en su compromiso con Jesús y con el prójimo.

Sembrar y esperar que se den los frutos…y ya los hay pues también algunos de los confirmados han pedido a sus catequistas que esa formación no se interrumpa y que se organice un grupo que periódicamente se reúna para seguir este camino de convivencia , oración y formación. Sin duda el Espíritu Santo ha encendido en ellos el fuego de su Amor.

A todos los que recibieron el Sacramento  nuestra más emotiva felicitación. A sus formadores y guías nuestro más sincero agradecimiento y a la Cofradía de la Santa Vera Cruz un especial reconocimiento por allanar los caminos que nos acercan a Ël, a su triunfo glorioso en la Cruz que deja en cada hermano y hermana el fuego de su Amor y su Espíritu  tal y como nos dijo.

Como cofrades somos conscientes que debemos formarnos en la fe y recibir por los sacramentos la fuerza y vitalidad necesarios para dar ejemplo y acercarnos a ser cada día más como Él y así ponernos al servicio del prójimo. Este es el principal objetivo  fin en la Cofradía: “ servir y no ser servidos”.