1 de mayo: el reencuentro con nuestro Señor.

Escrito el 04/05/2021
Vera Cruz Alhaurín







Llegó nuestro esperado mes de mayo, ese que cada año recibimos henchidos de gozo porque el corazón sabe que ya estamos en nuestros días grandes. Este año con unas circunstancias muy especiales marcadas por el desarrollo de la pandemia. La Cofradía acotó todos los accesos a la calle Convento, convirtiendo ésta en un recinto cerrado a la que sólo se podía acceder por arriba (zona de la Casa Hermandad) y por abajo (intesección con Callejoncillo y Calle Piedras), pasando un control de seguridad. Los accesos por calle San Antonio y Barranquillas/Callejoncillo estaban restringidos y no se podía acceder desde los mismos. El aforo máximo permitido ha sido de 300 personas dentro del recinto cerrado, tal y como estipula la ley vigente y se hacían tomas de temperatura y se ofrecía gel hidroalcohólico a las personas que accedían. También un equipo de profesionales de la seguridad privada, contratados por la Cofradía, velaban por el cumplimiento de las medidas de seguridad y distanciamiento social una vez dentro del recinto cerrado de calle Convento.

Con todas las circunstancias y medidas mencionadas, calle Convento fue en la mañana del 1 de mayo un reguero contínuo de hermanos y devotos que querían acercarse al Señor del Convento y elevarle sus plegarías en forma de ofrenda floral. Durante la mañana recibimos también la visita de la Hermandad de nuestra patrona, la Virgen de Gracia y de la Vera+Cruz de nuestros vecinos de Alhaurín de la Torre. Cabe resaltar el comportamiento del público en general fue exquisito y se guardaron todas las medidas de seguridad con total respeto y civismo.




La tarde del 1 de mayo se iniciaba con la presentación de los trabajos de reforma y restauración que se han llevado a cabo en el interior de la Ermita del Convento por su centenario. La presentación corría a cargo de nuestro hermano Guillermo Briales, licenciado en Historia del Arte y que nos fue exponiendo todos los detalles y pormenores de las actuaciones realizadas.

Guillermo comenzaba su locución de forma brillante exponiendo a los presentes que de lo trágico siempre nace la esperanza, de la muerte en la cruz vino la vida, de las ruinas de un antiguo convento emergió una renovada ermita, de esta pandemia renaceremos con más amor y con más ganas de vivir que nunca.

Antes de nada, tuvo a bien en su intervención agradecer a las personas que han hecho posible estas reformas, por su trabajo, aportaciones y su esfuerzo desinteresa para nuestra Cofradía. En definitiva, por los mismos motivos que tuvieron hace 100 años los que levantaron nuestra Ermita, por su amor incondicional hacia nuestros Sagrados Titulares.

Posteriormente fue exponiendo todas las intervenciones realizadas. Visualmente lo que más llama la atención es el color, buscando un tono que tira más a tonalidades pétreas, más terrizo- grisáceo, que solo contrasta con el blanco de los capiteles. Se ha querido rescatar la idea de unidad espacial mediante un único color como fue concedida la Ermita.

También se ha dado más énfasis a la arquitectura, a través de esos nervios que se destacan únicamente por su volumetría y el juego de luces de claro-oscuro que dotan al espacio de elegancia, sin perfiles que distorsionen o otras tonalidades que exageren los  volúmenes. 

Los dorados realizados en los años 80, que antes ocupaban toda ermita, solo quedaron de manera testimonial en la zona del altar. Se ha pintado nuevamente todo el interior desde el atrio, nave principal, cubiertas, presbiterio y camarín. Las zonas más afectadas por la humedad se ubicaban en la zona del altar mayor, que se han saneado.

Otro punto a tener en cuenta era el zócalo que rodea perimetralmente toda la ermita. Las bases de las columnas has sido sustituidas por nuevo basamento. Este sigue la estructura del pilar que se compone por tres medias columnas y otorga continuidad comunicándose hasta el propio techo, otorgando al espacio una volumetría más esbelta. Estos basamentos además asientan con robustez los pilares y visualmente permiten abrir el ángulo de visión y  fomentan el zócalo, ya que lo enmarca con un elegante contraste. Estos basamentos no usan un material de escayola típico, sino una marmolina endurecida para que su conservación sea mayor frente al uso continuado de este edificio.  

También hay novedades en el mobiliario, destacando la intervención en las puertas, dándole un tono más oscuro al igual que la barandilla del presbiterio y consiguiendo así una unidad respecto a las piezas de madera. La grada del altar mayor se ha saneado restructurando el sagrario, encajándolo de manera más armoniosa en el conjunto y renovando los tableros principales. 

Y otro de los estrenos es la mesa de altar, punto principal de la celebración por la importancia que le concede la liturgia. Se ha buscado ennoblecerla con madera de roble tallada por Carpintería Tamayo que sigue las mismas líneas artísticas de la ornamentación goticista de la Ermita. 

Estos son los detalles más llamativos, pero también se han actualizado el equipo de sonido y la iluminación. La luz en cualquier monumento juega un papel clave ayudando a resaltar los distintos detalles. Con focos direccionales se han iluminado artísticamente a nuestra imágenes, se han matizado las vidrieras y elementos sustentantes como los pilares.   

Respecto al equipo de sonido se ha mejorado por un nuevo equipo con mayor nitidez y nuevos micrófonos en el altar y ambón.  

Guillemo concluía así la presentación de esta primera fase bastante ambiciosa y se mostraba seguro de que podremos verla continuada poco a poco con la ayuda de todos para volver a todo su esplendor nuestra centenaria ermita.





"Cuando sea viejecito, cuando pase mucho tiempo, que en mis labios siempre esté, tu nombre, Señor del Convento" 

Asi podría dar comienzo la crónica que recoge los actos celebrados la tarde del 1 de mayo en la ermita del Convento. A las cinco y media daba comienzo el acto en el que el Hermano Mayor entregaría a nuestros mayores un título de recuerdo por permanecer siempre al lado del Señor. Personas que de una manera u otra siempre han permanecido al lado del Señor, personas con trayectoria cofrade, cristiana y arraigada en una fe cuyas semillas fueron plantadas en una devoción hacia el Señor del Convento y ahora, pasados los años, la Cofradía se ve envuelta en la satisfacción de reconocer ese cariño hacia nuestros Sagrados Titulares. 

Y si en esta primera parte de la tarde los protagonistas fueron los más mayores, a continuación un salto generacional seria el protagonista de lo que a continuación se tenía preparado. Llegaba el turno de los más pequeños. Los niños y niñas nacidos en 2020 y parte del 2021 serían presentados ante los Sagrados Titulares de una manera extraordinaria a causa de la pandemia. Como bien es sabido, este acto la Cofradía lo celebra en la Candelaria, pero el pasado mes de febrero, por motivos obvios y por estar inmersos en una tercera ola de la Covid 19, la Junta de Gobierno decidió atrasar el acto para cuando fuese posible. ¡Qué mejores días que los que giran en torno a las primeras horas de mayo!
Asi, a las 18.30 horas daba comienzo el primero de los tres turnos de niños y niñas que en esa tarde pisarian de la mano de sus padres nuestra Ermita Centenaria.  

En cada turno unos padres eran los encargados de dar la bienvenida, agradecer y pedir al Señor que nunca los dejara solos, que los guiara por el camino de la fe y que la salud no les faltara nunca. El párroco de la localidad, el padre Fernando, bendijo a todos los niños y niñas que eran llamados a los pies del Señor para a su vez recoger el título conmemorativo que dejaría recuerdo de tal acto en la vida de los más pequeños de la mano de nuestro Hermano Mayor. 
El  último acto de la tarde dentro de la Ermita, llegaba de la mano de los nuevos hermanos y hermanas de la Cofradía. En torno a las ocho de la tarde, el Hermano Mayor junto con el Secretario hicieron entrega de los títulos e impusieron las medallas a los hermanos y hermanas que así lo habían solicitado. Personas dispuestas a trabajar y acompañar por siempre al Señor en todo lo que en sus manos esté. 
Una tarde que sin dejar indiferente a nadie permitió que hubiese lugar a todo tipo de sentimientos. Desde el más mayor, al más pequeño que con apenas veinte dias quiso acercarse a venerar nuestro más preciado tesoro.





El día lo cerraba la Banda de la Santa Vera+Cruz. Los que siempre van junto a Ti, Señor, acompañando tus pasos y poniendo música a tus salidas procesionales. Porque la mayoría de ellos se hicieron adultos en “La Pepa” y llevan más de media vida ofreciéndote sus sones. Como no podía ser de otra manera, también quisieron estar presentes y estar cerquita del Señor. La Banda de la Santa Vera+Cruz ofreció su particular ofrenda musical al Señor del Convento desde la plaza. Tras un año sin poder ofrecerles sus sones al Señor, los componentes de la Banda lo dieron todo y ofrecieron un repertorio muy emotivo para el deleite del público presente en la plaza del ayuntamiento y en la calle Convento.
Se cerraba así un día 1 de mayo muy distinto a lo que estamos acostumbrados pero con una gran intensidad cofrade y multitud de muestras de fe, sentimientos y devoción hacia el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz. 

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