Este fin de semana ha sido especialmente intenso para nuestra cofradía y para todos los que vivimos la fe. Una jornada para recordar porque cada uno de los actos celebrados ha tenido un matiz distinto: el recogimiento de la oración del viernes por la festividad de la Santa Cruz, la ilusión del sábado por el nombramiento del nuevo obispo y la celebración de la romería el domingo.
El pasado viernes 12 de septiembre, los hermanos y hermanas de arriba celebramos la festividad de la Exaltación de la Cruz, una fecha particularmente significativa en nuestro calendario. Se trata de un momento de reflexión y adoración al Lignum Crucis. Un grupo de hermanos acompañados por el diácono D. José Francisco Fernández visitaron los hogares de nuestros mayores con el fin de acercarles nuestra reliquia. Posteriormente, se visitó la Asociación ALHMER, donde sus usuarios pudieron recibir la comunión y venerar la reliquia.
El viernes por la tarde, la ermita del Convento permaneció abierta en su horario habitual, con el Lignum expuesto en un altar efímero para la veneración de los fieles. A las 20:45, se celebró una oración presidida por nuestro párroco D. Andrés Merino: “La Iglesia nos recuerda que la alegría es perfectamente compatible con el dolor. Lo que se opone a la alegría es la tristeza, no la cruz”.
En la mañana del sábado, 13 de septiembre, nuestra cofradía se desplazó hasta Málaga para asistir al nombramiento de Mons. José Antonio Satué como nuevo Obispo de Málaga. Natural de Huesca, con una vida entregada al servicio de la Iglesia y con experiencia tanto pastoral como académica, llega a nuestra diócesis en un momento de ilusión y renovación. Satué afirma que “no podemos ser una iglesia encerrada en sí misma. Nuestra vocación es promover procesos de liberación, justicia y santidad. Las parroquias junto a Hermandades y Cofradías debemos ponernos en camino para encender otros corazones a la palabra de Dios y caminar juntos hacia la paz”.
El sábado por la tarde, nuestra cofradía participó en el traslado en romería del Cristo de las Agonías desde la parroquia hasta la Mota. Al día, siguiente, domingo 14 de septiembre, también participamos en la Eucaristía, donde donamos alimentos. Tras la celebración de la misa, disfrutamos de un almuerzo de hermandad que puso fin a una jornada de convivencia y devoción.